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Primer Año.
Durante la primera etapa de estudios universitarios, es fundamental el seguimiento individual personalizado para ayudar a cada uno de los becarios en su proceso de adaptación. El cambio de ritmo de vida y las exigencias de la educación superior suponen una serie de retos que el becario tiene que afrontar y superar.

Segundo año.
Para éste año de estudios se busca que el becario desarrolle la habilidad de trabajar en grupo con una actitud proactiva y responsable. Se trata de desarrollar en el becario la capacidad de rendir cuentas de lo que hace y de los recursos que emplea en su formación, lo que a su vez le permitirá tomar decisiones para alcanzar las metas que se ha trazado.

Tercer año
Aquí se da gran importancia al Plan de Vida de cada becario. Se retoman las ideas, planes y proyectos que cada becario ha expresado desde antes de su ingreso al Programa, y se le ayuda a clarificar sus planes de futuro. Se trata de integrar sus planes personales y profesionales para un desarrollo personal pleno, de acuerdo al perfil de egreso del Programa. Desde ésta etapa el equipo pone especial atención a la búsqueda de alternativas realistas de trabajo para cada becario, apoyándole en el desarrollo de las capacidades necesarias para su inserción laboral al término de sus estudios.

Cuarto año
En su último año de estudios, una vez que el becario tiene claros sus planes personales y profesionales, el equipo le anima y acompaña para que dé los pasos necesarios para construir su futuro. Se busca, en todo caso, que el becario tenga un espacio de desarrollo profesional desde el cual pueda comprometerse con la organización o empresa social que le postuló, o bien, con su comunidad o región de origen, de acuerdo al espíritu que dió origen al programa Una Apuesta de Futuro.