Evangelio

Mateo 7, 6. 12-14

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No den a los perros las cosas santas ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes y los despedacen.

Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resume la ley y los profetas.

Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y amplio el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por él. Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la vida, y qué pocos son los que lo encuentran!".

Reflexión

Aunque, como reconocen la mayoría de los estudiosos, es difícil la interpretación del versículo seis de este capítulo, la gran mayoría de los exégetas (incluso los protestantes), están de acuerdo en que es probable que esté referido a la Eucaristía en relación a aquellos que no reconocen la santidad de ésta, que sería el no reconocer la presencia real de Cristo en la Eucaristía y recibirla sin la fe y la piedad que ésta requiere.

Debemos recordar que en la primera comunidad había un gran celo y un gran respeto por la Eucaristía (por las cosas santas) de manera que en la Eucaristía, sólo podían participar los bautizados, lo cual significaba, haber aceptado la vida de acuerdo al Evangelio y estar viviendo conforme a ésta. Los catecúmenos, así como los paganos, no eran admitidos. 

Quizás hoy valdría la pena el reflexionar en la santidad de lo que recibimos los domingos, a fin de hacernos más conscientes de que lo que se nos da es "una cosa Santa", es decir, el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Piensa hoy un poco en cuál es tu actitud al ir a recibir la Comunión. ¿Eres verdaderamente consciente de la santidad de lo que recibes?